ROMA — Si la Unión Europea quiere competir con Estados Unidos en el mercado mundial de defensa, debe nombrar un comisionado de defensa dedicado, impulsar las compras conjuntas entre los estados miembros y frenar las resoluciones antimonopolio para promover la consolidación de la industria, afirma un nuevo informe.
Las recomendaciones fueron parte de una larga lista de tareas incluidas en el informe sobre el impulso a la competitividad de la UE emitido por el ex gobernador del Banco Central Europeo Mario Draghi, que será leído atentamente por los funcionarios en Bruselas.
La sección sobre el sector de defensa de Europa insta a los Estados miembros a adquirir armas de forma conjunta, alentando así a las empresas del continente a unirse para construirlas, creando una integración esencial tanto del lado de la oferta como de la demanda.
Durante años, ha ocurrido lo contrario: los Estados miembros entregan pedidos a sus industrias locales, garantizando así que el continente tenga 12 programas de tanques de batalla principales, en comparación con uno en Estados Unidos.
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“La agregación y coordinación insuficientes del gasto público en Europa agrava la fragmentación industrial”, afirma el informe.
El informe señala que los países europeos han suministrado diez tipos diferentes de obuses a Ucrania y afirma que el sector terrestre es el menos integrado, seguido por la industria naval.
La integración relativa de la industria aeronáutica en Europa ha producido historias de éxito como el avión de transporte cisterna multifunción A-330, señala el informe.
Con una facturación de 135.000 millones de euros en 2022 y una plantilla de medio millón de personas, la industria de defensa tiene sus puntos fuertes, añade el informe, afirmando que supera a Estados Unidos en sectores como los carros de combate principales, los submarinos convencionales, la tecnología de astilleros navales, los helicópteros y los aviones de transporte.
Pero el gasto de defensa de Europa, de 313.000 millones de dólares, es alrededor de un tercio de los 916.000 millones de dólares gastados por Estados Unidos en 2023, añadió.
“Si todos los estados miembros de la UE que son miembros de la OTAN y que aún no han alcanzado el objetivo del 2% lo hicieran en 2024, esto se traduciría en aproximadamente 60.000 millones de euros adicionales (66.000 millones de dólares) en gastos de defensa”, afirma el informe.
Mientras las naciones analizaban sus propias necesidades de adquisiciones, solo el 18% del gasto total de la UE se destinó a programas de colaboración en 2022, muy por debajo del objetivo del bloque del 35%, según el informe.
Al mismo tiempo, se estaba produciendo una integración insuficiente entre las empresas transfronterizas, en comparación con Estados Unidos, donde el número de “actores principales” se redujo de 51 en 1990 a cinco.
Una de las razones por las que las empresas no se fusionaban en Europa era la dura legislación antimonopolio, afirma el informe, afirmando que “la aplicación de las normas de competencia de la UE puede impedir o desalentar a las empresas a fusionarse y ampliarse, en particular a aquellas que crean poder de mercado”.
En una lista de recomendaciones a los Estados miembros, el informe los insta a “reducir las capacidades industriales existentes, cuando sea necesario”, a fin de evitar “la duplicación total de capacidades”.
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También instó a una “estrategia de especialización acordada comúnmente entre las empresas de los Estados miembros participantes, reasignando capacidades y reforzando los respectivos dominios de excelencia”.
Para lograrlo, la UE necesitaba un nuevo “Comisario de Industria de Defensa, con la estructura y la financiación adecuadas para definir, coordinar e implementar una política industrial de defensa de la UE adecuada al nuevo contexto geopolítico actual”, afirma el informe.
Otra tarea para un comisario sería aumentar el gasto en investigación y desarrollo en el sector. Europa gasta actualmente sólo 10.700 millones de euros al año, alrededor del 4,5% del gasto total en defensa, en comparación con Estados Unidos, que gasta la friolera de 140.000 millones de dólares, alrededor del 16% del gasto total.
“La mayor parte de la inversión se realiza a nivel de los Estados miembros”, afirma el informe. “Pero varios segmentos nuevos o técnicamente complejos –como los drones, los misiles hipersónicos, las armas de energía dirigida, la inteligencia artificial de defensa y la guerra en el fondo marino y el espacio– exigen una coordinación paneuropea. Ningún Estado miembro puede financiar, desarrollar, producir y mantener eficazmente todas las capacidades e infraestructuras necesarias para mantener el liderazgo en estas tecnologías”.
Una consecuencia de la limitada inversión europea en nuevas tecnologías fue la continua preferencia de los compradores locales por los equipos estadounidenses. “De un total de 75.000 millones de euros gastados por los Estados miembros entre junio de 2022 y junio de 2023, el 78% del gasto en adquisiciones se desvió a compras a proveedores ubicados fuera de la UE, de los cuales el 63% tenía su sede en Estados Unidos”, señala el informe, que añade que las ventas militares extranjeras de Estados Unidos en Europa aumentaron un 89% entre 2021 y 2022.
“Al mismo tiempo, el mercado estadounidense permanece cerrado para las empresas europeas”, añadió.
A los estados europeos les gustó la “simplicidad administrativa y la mejor visibilidad de lo que está disponible”, gracias al programa de Ventas Militares al Exterior, y tenían “un conocimiento escaso… de cuál es la oferta real de la industria de defensa europea”.
Para rectificar esto, el informe aboga por “un compromiso político” o una “legislación de contratación pública reformada, que indicaría que las soluciones de la UE deberían ser consideradas como primeras opciones” por los compradores europeos.
Si varios estados de la UE compraran productos estadounidenses, deberían cooperar para “lograr mejores condiciones y, cuando sea necesario, especificaciones europeas para los productos de defensa estadounidenses, incluida la producción y el apoyo locales, derechos de libertad de acción, personalización” y derechos de propiedad intelectual, señala el informe.
Tom Kington es el corresponsal en Italia de Defense News.