RÍO DE JANEIRO (AP) — Los ministros de finanzas de los principales países ricos y en desarrollo se reunieron el jueves en Río de Janeiro para una reunión de dos días para discutir un impuesto global a los súper ricos, una máxima prioridad para Brasil, que ostenta la presidencia.
Según la propuesta presentada al Grupo de los 20, las personas con más de mil millones de dólares en activos totales estarían obligadas a pagar el equivalente al 2% de su riqueza en impuestos sobre la renta.
Francia, España y Sudáfrica, que presidirá el G20 en 2025, han expresado su apoyo, dijo a los periodistas un funcionario del Ministerio de Hacienda de Brasil la semana pasada. Pero la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, reiteró en una conferencia de prensa el jueves que Estados Unidos no apoya la iniciativa.
«La política fiscal es muy difícil de coordinar a nivel global, y no vemos la necesidad ni realmente creemos que sea deseable tratar de negociar un acuerdo global al respecto», dijo Yellen, aunque enfatizó que Estados Unidos «apoya firmemente la tributación progresiva».
Sin embargo, Brasil espera que los ministros de Finanzas aprueben una declaración sobre cooperación fiscal internacional que incluya una mención al impuesto global a los súper ricos, dijo el martes a los periodistas Tatiana Rosito, secretaria de Asuntos Internacionales del Ministerio de Finanzas de Brasil.
Un acuerdo sobre un impuesto global a los multimillonarios es necesario para disminuir el atractivo de los paraísos fiscales, afirma el economista Bruno Carazza, profesor de la Fundación Dom Cabral, una escuela de negocios.
“Realmente creo que si esto no llega a la declaración, habrá cierta frustración, ya que fue una apuesta del gobierno brasileño”, añadió Carazza.
Según un informe del economista francés Gabriel Zucman encargado por Brasil, los multimillonarios pagan actualmente el equivalente al 0,3% de su riqueza en impuestos. El informe señala que un impuesto del 2% permitiría recaudar entre 200.000 y 250.000 millones de dólares al año a nivel mundial, dinero que podría financiar servicios públicos como la educación y la atención sanitaria, así como la lucha contra el cambio climático.
El 1% más rico ha acumulado 42 billones de dólares en nueva riqueza durante la última década, casi 36 veces más que todo el 50% más pobre de la población mundial, según un análisis de Oxfam publicado el jueves antes de la reunión de ministros de finanzas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió el miércoles en Río la necesidad de aumentar los impuestos a los más ricos del mundo, al revelar planes para una alianza global contra el hambre y la pobreza.
“En la cima de la pirámide, los sistemas tributarios dejan de ser progresivos y se vuelven regresivos. Los súper ricos pagan proporcionalmente mucho menos impuestos que la clase trabajadora”, afirmó Lula.
“Algunas personas controlan más recursos que países enteros. Otras tienen sus propios programas espaciales”, añadió, en un aparente ataque a Elon Musk, propietario de SpaceX, y Jeff Bezos, fundador de la empresa espacial Blue Origin.
La alianza global contra el hambre y la pobreza pretende implementar un mecanismo de movilización de fondos y conocimientos para apoyar la expansión de políticas y programas de combate a la desigualdad y la pobreza, según un comunicado de la oficina de prensa del G20 de Brasil publicado el martes. El mecanismo sería administrado por una secretaría ubicada en las sedes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma y Brasilia hasta 2030, y la mitad de sus costos serían cubiertos por Brasil, dijo Lula en su discurso.