MOSCÚ (AP) — Las autoridades rusas incluyeron el jueves a la viuda del fallecido líder opositor ruso Alexei Navalny en una lista de “terroristas y extremistas”, continuando una amplia ofensiva del Kremlin contra la oposición.
A principios de esta semana, un tribunal de Moscú ordenó la detención de Yulia Navalnaya, que vive en el extranjero, acusada de presunta participación en un grupo extremista. La sentencia significa que Navalnaya podría ser detenida si regresa a Rusia.
El jueves, el Servicio Federal de Monitoreo Financiero de Rusia agregó a Navalnaya a su lista de “terroristas y extremistas”, una designación que implica restricciones a las transacciones bancarias y que ha sido ampliamente utilizada contra miembros de la oposición.
Navalny, el más feroz enemigo político del presidente ruso Vladimir Putin, murió en febrero en una colonia penal del Ártico mientras cumplía una condena de 19 años por cargos de extremismo que él había condenado por tener motivaciones políticas. Las autoridades dijeron que se sintió mal después de una caminata, pero no han dado más detalles sobre la muerte de Navalny.
Navalny fue encarcelado tras regresar a Moscú en enero de 2021 desde Alemania, donde se estaba recuperando del envenenamiento por agente nervioso de 2020 del que atribuyó al Kremlin.
Navalnaya acusó a Putin de la muerte de su marido y prometió continuar con sus actividades. Las autoridades rusas negaron vehementemente su participación en el envenenamiento y la muerte de Navalny.
La portavoz de Navalnaya, Kira Yarmysh, comentó sobre la última acción de las autoridades contra ella en la plataforma social X, diciendo que «si son tan quisquillosos significa que Yulia hace todo bien».
Las autoridades rusas no han especificado los cargos contra Navalnaya. Parece que están relacionados con la designación por parte de las autoridades de la Fundación de Navalny para la Lucha contra la Corrupción y sus oficinas regionales como extremistas.
Un fallo judicial de 2021 que ilegalizó la fundación de Navalny y sus oficinas regionales ha obligado a muchos de sus colaboradores cercanos y miembros de su equipo a abandonar Rusia, mientras que los que se quedaron han sido procesados. Varios abogados que defendieron a Navalny y periodistas que cubrieron sus actividades también han sido encarcelados por cargos similares.
La represión del Kremlin contra activistas de la oposición, periodistas independientes y críticos del gobierno se ha intensificado desde que Rusia envió tropas a Ucrania en febrero de 2022. Cientos de personas han enfrentado cargos penales por protestas y declaraciones de condena a la guerra en Ucrania, y miles han sido multados o encarcelados brevemente.