TALLIN, Estonia (AP) — Los representantes especiales de las Naciones Unidas para los derechos humanos pidieron a las autoridades bielorrusas que investiguen la tortura y la muerte de prisioneros políticos.
Un informe elaborado por el relator especial de la ONU para Bielorrusia dice que cinco personas que murieron bajo custodia en Bielorrusia fueron condenadas por cargos de motivación política.
El informe señaló que ninguno de los fallecidos fue sometido a una autopsia y dijo que el hecho de que los prisioneros murieran mientras estaban en la cárcel “crea una presunción de privación arbitraria de la vida por parte de las autoridades del Estado”. Pidió a las autoridades bielorrusas que inicien «investigaciones rápidas, efectivas, imparciales y transparentes sobre todas las muertes bajo custodia».
Los defensores de los derechos humanos de la ONU dijeron que estaban particularmente preocupados por varios políticos, abogados y activistas de la oposición bielorrusa que se encuentran actualmente en prisión y cuyo paradero no se conoce desde hace más de un año.
Según el centro de derechos humanos Viasna, actualmente hay 1.401 presos políticos tras las rejas en el país, entre ellos el premio Nobel de la Paz Ales Bialiatski.
El informe de la ONU criticó las condiciones en las cárceles bielorrusas y dijo que los prisioneros son sometidos a “torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en los lugares de detención”.
Los presos políticos son especialmente señalados, según el informe, ya que, al parecer, se les obliga a llevar una marca amarilla especial, a menudo se les coloca en régimen de aislamiento y se les priva de comunicación con el mundo exterior.
El presidente Alexander Lukashenko lideró una dura represión contra sus críticos en 2020 cuando se declaró ganador de unas elecciones ampliamente descartadas por la oposición bielorrusa y Occidente como fraudulentas. El informe de la ONU dice que las autoridades de Bielorrusia han llevado a cabo una “erradicación selectiva” de la sociedad civil en Bielorrusia desde la controvertida elección de Lukashenko.
«La situación de los derechos humanos en Bielorrusia sigue siendo extremadamente preocupante» y requiere una atención sostenida, según el informe.