PARÍS (AP) — A nueve días de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, la líder de ultraderecha francesa Marine Le Pen dijo el miércoles que el país profundamente dividido está “en un atolladero” después de que las caóticas elecciones legislativas produjeron un parlamento fragmentado.
Francia ha estado al borde de la parálisis gubernamental desde que las elecciones para la Asamblea Nacional a principios de este mes resultaron en una división entre tres grandes agrupaciones políticas: la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular, los aliados centristas del presidente Emmanuel Macron y el partido de extrema derecha Agrupamiento Nacional de Le Pen.
El Nuevo Frente Popular obtuvo la mayoría de los escaños, pero no alcanzó la mayoría necesaria para gobernar en solitario. Los tres partidos principales de la coalición de izquierdas, el izquierdista Partido Francia Inconmovible, los Socialistas y los Verdes, han instado al presidente a que recurra a ellos para formar el nuevo gobierno. Sin embargo, están en disputa sobre a quién elegir como primer ministro.
El martes, Macron aceptó la dimisión del primer ministro Gabriel Attal y de otros ministros, pero pidió a Attal y a otros miembros del Gobierno que se ocuparan de los asuntos de forma interina hasta que se nombre un nuevo Gobierno. No hay un plazo fijo para que Macron nombre a un nuevo primer ministro, y todavía no está claro cuándo lo hará.
“Estamos en medio de un atolladero”, dijo Le Pen el miércoles, un día antes de la reunión del nuevo parlamento.
Le Pen, tres veces candidata presidencial y una figura destacada de la extrema derecha en Francia, culpó tanto a Macron como a la izquierda por el caos poselectoral.
Criticó a Macron por no explicar cuándo planea reemplazar a Attal.
“El pueblo francés no sabe lo que está pasando”, dijo Le Pen en una entrevista con BFM TV.
La sesión inaugural de la Asamblea Nacional de 577 miembros, la poderosa cámara baja del parlamento francés, está prevista para el jueves.
La alianza de izquierdas se formó a toda prisa para presentarse a las recientes elecciones legislativas nacionales, convocadas por Macron después de que sus aliados centristas sufrieran una derrota masiva a manos de la Agrupación Nacional de Le Pen en la votación de junio para el Parlamento Europeo. Fue una apuesta arriesgada que hizo Macron para intentar impedir que la extrema derecha llegara al poder.
Los líderes de cuatro partidos de la alianza de izquierda están pidiendo a los legisladores centristas y de otros partidos de izquierda que formen “una presa republicana” en la Asamblea Nacional que impida que el Agrupamiento Nacional de Le Pen obtenga posiciones de liderazgo en el parlamento.
Los votantes, argumentaron en una declaración del miércoles, les han dado “un mandato extremadamente claro para oponerse firmemente a la extrema derecha y su ascenso”.
Le Pen acusa a la izquierda y a Macron de comportamiento antidemocrático al negar a los diputados electos de su partido puestos importantes en el Parlamento.
La alianza de izquierda está haciendo “un daño enorme a la democracia”, dijo.
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