LA HAYA, Holanda (AP) — Holanda tiene un primer ministro diferente por primera vez en 14 años, cuando el rey Guillermo Alejandro juramentó el martes al nuevo gobierno del país, más de siete meses después de unas elecciones dominadas por un partido de extrema derecha y antiislamista.
Dick Schoof, exdirector de la agencia de inteligencia holandesa y de la oficina antiterrorista, firmó el decreto real oficial en el palacio Huis Ten Bosch, diciendo que «declaraba y prometía» cumplir con sus deberes como primer ministro del país. El hombre de 67 años fue instalado formalmente junto con otros 15 ministros que conforman la coalición de derecha del país.
El partido antiinmigración del activista Geert Wilders obtuvo la mayor cantidad de escaños en las elecciones del año pasado, pero tardó 223 días en formar gobierno.
Los cuatro partidos de la coalición son el Partido por la Libertad de Wilders, el Partido Popular para la Libertad y la Democracia de centroderecha del primer ministro saliente Mark Rutte, el populista Movimiento Ciudadano Campesino y el centrista partido Nuevo Contrato Social.
El acuerdo formal que crea la nueva coalición, titulada “Esperanza, coraje y orgullo”, introduce medidas estrictas para los solicitantes de asilo, elimina la reunificación familiar para los refugiados y busca reducir el número de estudiantes internacionales que estudian en el país.
La oposición de otros socios de la coalición impidió que el controvertido Wilders asumiera el cargo de primer ministro. Durante los meses de negociaciones, Wilders dio marcha atrás en varias de sus opiniones más extremas, incluida la retirada de un proyecto de ley que habría prohibido las mezquitas, las escuelas islámicas y el Corán.
Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, los Países Bajos están dirigidos por un primer ministro que no está afiliado a ningún partido político. Antes de ocupar el cargo de jefe de la principal agencia de inteligencia del país, Schoof fue jefe de lucha contra el terrorismo y director del Servicio de Inmigración y Naturalización del país.
Durante las largas conversaciones, su nombre no había circulado como posible primer ministro y el periódico nacional Telegraaf informó que Schoof era la quinta opción para el puesto principal. La primera opción de Wilders, Ronald Plasterk, se vio obligado a retirarse de la consideración después de que salieran a la luz acusaciones de su participación en un fraude de patentes médicas.
El martes, los demás ministros del Gobierno prestaron juramento según el orden de prelación de sus respectivos departamentos. Una de ellas, Femke Wiersma, que dirigirá la cartera de Agricultura, hizo su declaración en frisón, el segundo idioma oficial del país junto con el holandés.
Aunque las elecciones de noviembre fueron ampliamente consideradas como una victoria de la extrema derecha, las organizaciones políticas juveniles ya están rechazando las ambiciones del nuevo gobierno. Antes de la ceremonia de juramentación, grupos de jóvenes de seis partidos, incluidos dos de los socios de la coalición, pidieron una flexibilización de los planes de asilo.
“Aunque la afluencia debe ser limitada, es de gran importancia que recibamos a la gente aquí de manera justa y con dignidad”, dijo Eva Brandemann, presidenta del ala juvenil del Nuevo Contrato Social, a la radio pública holandesa NOS.
Su homólogo en el partido de Rutte, que derribó al gobierno el verano pasado por la preocupación por el número de reunificaciones familiares de refugiados, dijo a NOS que los problemas se derivan de la administración, no de la inmigración. “La impresión después de todas esas conversaciones es que no hay tanto una crisis de asilo como una crisis de recepción”, dijo Mauk Bresser, presidente de la organización juvenil del Partido Popular por la Libertad y la Democracia.
El nuevo gobierno pasará ahora el verano consolidando su acuerdo de coalición para convertirlo en un plan de gobierno.