El gobierno de larga data de la primera ministra Sheikh Hasina se derrumbó tras meses de creciente agitación política y disturbios en Bangladesh. La caída de Hasina, que gobernó el país durante más de una década, se considera resultado del creciente autoritarismo, los desafíos económicos y las acusaciones generalizadas de corrupción.
Colapso del gobierno
El derrumbe se produjo tras protestas sostenidas contra su gobierno, que fueron respondidas con duras medidas represivas. El sentimiento público se volvió decisivamente contra Hasina a medida que aumentaban las acusaciones de manipulación electoral y supresión de los partidos de oposición. La crisis económica, exacerbada por la inflación y el desempleo, alimentó el descontento.
Fracaso político
Los analistas políticos señalan como factores clave de su caída la incapacidad de Hasina para atender las reivindicaciones del pueblo y su actitud autoritaria. La mala gestión por parte de su gobierno de varias cuestiones críticas, entre ellas la libertad de prensa y los derechos humanos, erosionó aún más la confianza pública.
Hubo violentas protestas por las controvertidas cuotas de empleo en los puestos gubernamentales, que se saldaron con la muerte de 19 personas, entre ellas un periodista y varios estudiantes. Los disturbios se vieron exacerbados por informes sobre el bloqueo de suministros médicos y ambulancias. Las escuelas y universidades cerraron en todo el país. El sistema injusto y discriminatorio condujo a los disturbios.
Sheikh Hasina perdió apoyo
Hasina, que en el pasado contó con un amplio apoyo por sus políticas económicas y proyectos de desarrollo de infraestructuras, ahora se enfrenta a un posible exilio. Los críticos sostienen que su negativa a entablar un diálogo significativo con los líderes de la oposición y la sociedad civil selló su destino.
Mientras el país entra en un período de incertidumbre, los líderes de la oposición están pidiendo nuevas elecciones, con la esperanza de restablecer las normas democráticas y estabilizar la nación. La comunidad internacional está siguiendo de cerca los acontecimientos en Bangladesh, preocupada por la posibilidad de nuevos disturbios y la El futuro de la democracia en el país.