BERLÍN (AP) — La policía de Groenlandia dijo que detuvo al veterano activista ambiental y activista contra la caza de ballenas Paul Watson en virtud de una orden de arresto internacional emitida por Japón.
Watson, un ciudadano canadiense-estadounidense de 73 años, es un ex director de la Sea Shepherd Conservation Society, cuyas tácticas de acción directa, que incluyen enfrentamientos en alta mar con barcos balleneros, han obtenido el apoyo de celebridades de primera línea y han aparecido en el reality show “Whale Wars”.
Según un comunicado de la policía, el hombre fue detenido el domingo cuando su barco atracó en Nuuk, la capital de Groenlandia. Posteriormente compareció ante un tribunal de distrito para examinar una solicitud de detención en espera de una decisión sobre su posible extradición a Japón, según el comunicado.
La carne de ballena es un elemento de la cultura alimentaria japonesa y el gobierno dice que apoya el uso sostenible de las ballenas.
El lunes, la Fundación Capitán Paul Watson dijo en un comentario enviado por correo electrónico que el veterano ambientalista estaría detenido en Nuuk al menos hasta el 15 de agosto, tras la decisión del tribunal, para darle tiempo al Ministerio de Justicia danés para investigar el caso y una posible extradición. Se enfrenta a una pena máxima de 15 años de prisión en Japón, según la fundación.
Su fundación también dijo que el tribunal de Groenlandia no permitiría la liberación bajo fianza de Watson porque se consideraba que existía riesgo de fuga.
La fundación describió cómo más de una docena de agentes de policía abordaron el barco y se llevaron a Watson esposado cuando se detuvo para repostar. La fundación dijo que el barco, junto con 25 miembros voluntarios de la tripulación, se dirigía al Pacífico Norte en una misión para interceptar un nuevo barco ballenero japonés.
“Se cree que el arresto está relacionado con una antigua Notificación Roja emitida por las anteriores intervenciones del Capitán Watson contra la caza de ballenas en la región antártica”, dijo la fundación en un comunicado enviado por correo electrónico el domingo.
“Imploramos al gobierno danés que libere al capitán Watson y no acepte esta petición motivada políticamente”, dijo Locky MacLean, director de la fundación, en el comunicado.
Interpol, el organismo policial internacional con sede en Lyon, Francia, que emite las Notificaciones Rojas para personas buscadas, confirmó que había una válida pendiente para Watson a petición de Japón.
“Es decisión de cada país miembro detener o no a una persona que es objeto de una notificación roja, que no es una orden de detención internacional”, indicó la oficina de prensa de Interpol.
Ni la Guardia Costera de Japón ni el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, que había emitido la orden internacional de captura contra Watson, confirmaron que estén negociando la entrega de Watson. Sin embargo, la Guardia Costera, la principal autoridad investigadora del caso de Watson en Japón, dijo el lunes que los funcionarios estaban a la espera por si se ordena la entrega.
Groenlandia es un territorio autónomo de Dinamarca. Japón no tiene un tratado de extradición con el país europeo y se desconoce si Watson será entregado o cuándo.
No es la primera vez que sus tácticas lo ponen en conflicto con las autoridades. Fue detenido en Alemania en 2012 por una orden de extradición de Costa Rica, pero se saltó la libertad bajo fianza después de enterarse de que también lo buscaba Japón, que lo acusa de poner en peligro la vida de los balleneros durante las operaciones en el océano Antártico. Desde entonces ha vivido en países como Francia y Estados Unidos.
Watson, quien dejó Sea Shepherd en 2022 para crear su propia organización, también fue un miembro destacado de Greenpeace, pero se fue en 1977 en medio de desacuerdos sobre sus tácticas agresivas.
Según su fundación, el barco actual de Watson, el M/Y John Paul DeJoria, debía navegar a través del Paso del Noroeste hacia el Pacífico Norte para enfrentarse a un barco ballenero factoría japonés recién construido, “un enemigo asesino, desprovisto de compasión y empatía, empeñado en destruir a los seres conscientes más inteligentes del mar”.
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Mari Yamaguchi contribuyó a este informe desde Tokio, Japón.
