LONDRES (AP) — Darryl Anderson estaba borracho al volante de su Audi SUV, con el acelerador a fondo y avanzando a toda velocidad hacia un vehículo que iba delante de él cuando tomó una foto de su velocímetro. La imagen mostraba un vehículo en primer plano, una luz de advertencia de colisión en el tablero y una velocidad de 227 kilómetros por hora (141 millas por hora).
Un instante después, se estrelló contra el coche que aparece en la foto. La conductora, Shalorna Warner, no resultó gravemente herida, pero su hijo de ocho meses y su hermana murieron en el acto, según las autoridades. Las pruebas demuestran que Anderson nunca frenó.
Anderson, de 38 años, fue sentenciado el martes a 17 años de prisión por el accidente del 31 de mayo en el norte de Inglaterra en el que murieron los pequeños Zackary Blades y Karlene Warner. Anderson se declaró culpable la semana pasada en el Tribunal de la Corona de Durham de dos cargos de causar la muerte por conducción temeraria.
Shalorna Warner declaró ante el tribunal que recordaba que su Peugeot estaba dando vueltas, que vio a su hermana gravemente herida y que, cuando el coche se detuvo, intentó desesperadamente encontrar a su hijo, que había salido expulsado del vehículo por el impacto. Un camionero que se había detenido para ayudarlo lo encontró al otro lado de la carretera.
“Lo supe al instante. Tuve que recoger a mi bebé muerto del arcén de la carretera. Lo abracé tan fuerte que nunca lo olvidaré”, dijo Warner. “No hay palabras que puedan superar el vacío irreparable que ha quedado en mi corazón y en mi vida”.
Anderson mintió a la policía, diciendo que en el momento del accidente conducía un autoestopista.
La fiscal Emma Dowling dijo que una prueba de alcoholemia en la carretera mostró que Anderson había consumido casi tres veces el límite permitido de alcoholemia. En su coche se encontró una botella de vodka vacía.
Testigos informaron más tarde que había estado conduciendo peligrosamente durante 20 millas (32 kilómetros) y que su teléfono mostraba que había estado enviando mensajes de texto.
En una estación de policía, dijo a los oficiales que había chocado contra la parte trasera de un automóvil.
“A veces se cometen errores”, dijo. “Pero no soy una mala persona”.
La jueza Joanne Kidd, que le prohibió a Anderson conducir durante 21 años después de salir de prisión, dijo que jugó a la ruleta rusa y que el accidente era inevitable.
El abogado defensor Richard Dawson dijo que Anderson, que estaba casado y tenía una hija, estaba «profundamente arrepentido».
La detective de Durham, Natalie Horner, dijo que la policía recuerda rutinariamente a los conductores que no deben exceder los límites de velocidad, usar sus teléfonos al volante y conducir ebrios.
“Darryl Anderson hizo las tres cosas”, dijo Horner. “Anderson ha sido sentenciado a más de 17 años de prisión, pero son sus víctimas y sus familiares quienes han sido sentenciados a cadena perpetua”.