MYRHOROD, Ucrania — El dron de vigilancia apareció sin previo aviso a principios de julio en lo alto de una base aérea ucraniana. Minutos después de que transmitiera datos de su objetivo a una base rusa, una andanada de misiles balísticos impactó el aeródromo, según informaron funcionarios ucranianos al relatar el episodio.
“El primer impacto fue tan fuerte que hasta nuestras ventanas temblaban”, dijo Valeria Minenko, de 21 años, que vive cerca de la base aérea de Myrhorod, en el centro de Ucrania, una de las muchas que han sido blanco de incesantes ataques por parte de Rusia en los últimos meses.
“Ahora están atacando la base aérea con cohetes todo el tiempo”, dijo Minenko.
Rusia ha estado saturando los cielos de Ucrania con drones de vigilancia, aprovechando las lagunas de los sistemas de defensa aérea para lanzar ataques cada vez más sofisticados contra las posiciones ucranianas. Su dominio en el aire a lo largo de partes del frente le ha permitido bombardear posiciones ucranianas con cientos de potentes bombas guiadas todos los días, lo que ayuda a sus fuerzas terrestres a obtener avances lentos y costosos.
La estrategia de Ucrania fue contrarrestar a Rusia en la guerra aérea con la ayuda de los codiciados aviones de combate F-16 de Occidente, que dice que desplegará este verano.
Pero los ataques a las bases aéreas ucranianas ponen de relieve la determinación de Rusia de limitar el impacto de los aviones incluso antes de que entren en combate. También ponen de relieve los desafíos que enfrenta Ucrania mientras se prepara para desplegar por primera vez estos sofisticados aviones.
Ucrania espera que los F-16, que cuentan con poderosos sistemas de guerra electrónica y una serie de otras armas, puedan utilizarse en coordinación con otras armas occidentales, como los sistemas de defensa aérea Patriot, para ampliar la zona considerada demasiado peligrosa para los pilotos rusos. También esperan que los aviones añadan otra capa de protección a las ciudades ucranianas y a la infraestructura crítica contra los incesantes ataques con misiles y aviones no tripulados.
Pero la escasez de pilotos entrenados y un número limitado de aviones limitarán el impacto inmediato, dicen los expertos.
“Rusia ha tenido mucho tiempo para fortalecer sus defensas, especialmente en las áreas de primera línea”, dijo Hunter Stoll, analista de defensa de RAND, una organización de investigación. “Los F-16 y sus pilotos enfrentarán una fuerte resistencia de las defensas aéreas rusas, tanto en tierra como en el aire”.
Ucrania dice que está “en proceso” de trasladar los primeros F-16 al país, aproximadamente dos años y medio después de haber solicitado por primera vez la aeronave. Ha pasado un año desde que la administración Biden finalmente revirtió la política y permitió a los aliados occidentales transferir aviones de combate estadounidenses a Ucrania.
“Hoy podemos decir con claridad que hemos entrado en el club de los países que poseen aviones F-16”, dijo en una entrevista Yuri Ihnat, representante de la Fuerza Aérea ucraniana. “Este es un punto de inflexión para nuestro país”.
La llegada de los aviones (no se ha revelado públicamente el número exacto) se produce en un momento de profunda incertidumbre en la guerra. Las fuerzas rusas están enzarzadas en furiosos ataques a lo largo de los 965 kilómetros del frente, la red energética ucraniana está paralizada por años de bombardeos incesantes y una elección presidencial en Estados Unidos podría reconfigurar la futura asistencia militar.
Además de los ataques rusos a los aeródromos ucranianos, Ucrania también se verá limitada por el reducido número de pilotos entrenados, según funcionarios militares ucranianos y estadounidenses. Se espera que este año estén listos unos 20 aviadores en los distintos programas de entrenamiento de Estados Unidos, Holanda y Dinamarca, según funcionarios estadounidenses.
Los comandantes aéreos afirman que normalmente asignan al menos dos pilotos por avión, para el descanso de la tripulación, el entrenamiento y otros asuntos. De modo que esto permitiría a Ucrania volar sólo unos 10 F-16, como máximo, en misiones de combate este año.
Otro factor limitante importante, dicen estos funcionarios, es la cantidad de personal de mantenimiento y apoyo capacitado en tierra para mantener los F-16 en vuelo.
“No sólo se necesitan pilotos”, dijo el mes pasado el general Charles Q. Brown Jr., jefe del Estado Mayor Conjunto y piloto veterano del F-16. “El mantenimiento también es una parte clave de eso, y la capacitación de los encargados del mantenimiento”.
El general Serhii Holubtsov, jefe de aviación de la fuerza aérea de Ucrania, dijo que los ucranianos «no usan gafas de color rosa» y entienden que el F-16 «no es una panacea».
La estrategia, dijo a Donbas Realiy, una filial de Radio Liberty, se puede concebir en tres fases: “gatear, caminar, correr”, y llevará tiempo.
“Todavía no hemos aprendido a gatear”, dijo.
Antes de que los aviones puedan empezar a desempeñar un papel en la configuración del campo de batalla, Ucrania necesita asegurarse de que puedan ser protegidos. Si bien Rusia ha estado atacando aeródromos ucranianos desde las primeras horas de la guerra, el ataque de principios de julio en Myrhorod fue diferente, dijeron funcionarios ucranianos.
“El enemigo ideó una nueva táctica”, dijo Ihnat.
En concreto, dijo, los rusos están mejorando los misiles y los drones de reconocimiento, “haciendo que no podamos influir en ellos con la guerra electrónica”.
También están preprogramando drones de vigilancia para que vuelen profundamente en Ucrania sin emitir firmas electrónicas reveladoras, lo que los hace más difíciles de detectar.
El general Oleksandr Syrsky, principal comandante militar de Ucrania, dijo la semana pasada que Ucrania necesitaba urgentemente encontrar nuevos métodos para destruir los drones enemigos.
Ihnat dijo que la fuerza aérea ucraniana había adoptado efectivamente tácticas de engaño (como construir modelos de aviones para que actuaran como señuelos, camuflar aviones y moverlos) para proteger su reducida flota de aviones de la era soviética, y que haría lo mismo con los F-16.
“Si alguien quiere reírse de esto, que lo haga”, dijo. “Gracias a los modelos, el enemigo ya ha perdido decenas o incluso cientos de sus misiles”.
Ucrania también está empleando aviones de entrenamiento Yakovlev Yak-52, del año 1970, para cazar drones de vigilancia rusos, dijo.
Los aviones propulsados por hélice han estado cazando drones de vigilancia rusos en el sur de Ucrania, y tanto las fuerzas ucranianas como las rusas han publicado vídeos de los enfrentamientos aéreos.
Holubtsov dijo que esperaba que los ataques a los aeródromos aumentaran. Por eso, dijo, Ucrania no mantendrá en el país todos los F-16 prometidos.
“Hay una cierta cantidad de aviones que se almacenarán en bases aéreas seguras, fuera de Ucrania, para que no sean atacados aquí”, dijo. “Y esta será nuestra reserva en caso de que sea necesario reemplazar aviones defectuosos durante el mantenimiento rutinario”.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha dicho que el almacenamiento en el extranjero de aviones u otros activos militares ucranianos podría “representar un grave peligro de que la OTAN se vea arrastrada aún más al conflicto”.
El enfoque de la administración Biden para armar a Ucrania ha sido impulsado en gran parte por preocupaciones sobre una posible escalada con Moscú, razón por la cual se resistió durante tanto tiempo a permitir la transferencia de F-16 de los aliados.
El teniente general retirado David A. Deptula, decano del Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales en Washington, dijo que la demora “le ha dado a Rusia el regalo del tiempo”.
“Les dimos tiempo para atrincherarse y establecer defensas que ahora son mucho más difíciles de derribar”, dijo.
Funcionarios estadounidenses, holandeses y daneses han estado trabajando con sus homólogos ucranianos para ultimar los detalles de sincronizar la llegada de los aviones prometidos, equiparlos con municiones aire-aire y aire-tierra, y pensar en el uso más eficiente y efectivo del grupo inicial de aviones, dijeron los funcionarios estadounidenses y ucranianos.
Después de pasar algún tiempo acostumbrándose al avión, dijo Holubtsov, los F-16 pueden usarse en el esfuerzo de hacer retroceder a los aviones de ataque rusos que han estado bombardeando Ucrania.
Holubtsov dijo que los F-16 por sí solos no serían suficientes para hacer retroceder a los aviones de guerra rusos. Trabajarán en conjunto con defensas aéreas terrestres como los Patriots, coordinando esfuerzos con una poderosa red de intercambio de información occidental llamada Link 16.
El proceso llevará tiempo, dijo, y hay una serie de factores que podrían complicar el esfuerzo, incluida la escasez de sistemas de defensa aérea de Ucrania, que necesita desesperadamente para proteger sus activos civiles y militares.
Pero si los aviones rusos pueden ser repelidos más lejos del frente, dijo el general, «puede considerarse un punto de inflexión y una victoria: si no superioridad, al menos paridad en el espacio aéreo».