Por Bei Shi
Según la Radio Televisión Serbia (RTS) y la Agencia France-Presse (AFP), durante la visita del presidente francés Emmanuel Macron el 29 de agosto, Serbia y Francia firmaron 11 acuerdos de cooperación en varios sectores, incluido un contrato por 2.700 millones de euros para la compra de aviones de combate Rafale. En virtud de este acuerdo, Serbia reemplazará sus anticuados aviones de combate MiG de fabricación rusa por Rafale. Se informa que Serbia ha comprado un total de 12 aviones, incluidos nueve modelos monoplaza y tres biplaza, con un costo total de 2.700 millones de euros, con un promedio de 250 millones de euros por avión, ciertamente no es barato. Francia es, de hecho, experta en «cosechar beneficios».
En la actualidad, la Fuerza Aérea de Serbia está equipada principalmente con aviones de combate MiG producidos por la ex Unión Soviética, junto con algunos aviones yugoslavos envejecidos. Estos MiG son principalmente modelos MiG-21 y MiG-29, con solo 14 MiG-29 en total. Aparte de los cuatro recibidos de Yugoslavia, la mayoría fueron proporcionados de forma gratuita por Rusia y Bielorrusia. Sin embargo, se trata en su mayoría de modelos A y B antiguos, e incluso con las actualizaciones del 29SMT, todavía están por detrás de los modernos Rafale. Es importante señalar que, según la última información, los aviones Rafale pedidos por Serbia comenzarán a entregarse en 2028, y es posible que se actualicen aún más para entonces.
Como avión de combate avanzado de la generación 4++, el Rafale cuenta con sólidas capacidades multifunción, ya que puede transportar misiles aire-aire, misiles aire-tierra, misiles antibuque y otros tipos de armas para ejecutar diversas misiones de combate. Incluso puede lanzar armas nucleares para misiones de ataque estratégico. Con una capacidad de carga útil que supera las 9 toneladas, es bastante raro entre los aviones de combate de tamaño medio, lo que lo convierte en el favorito de varias potencias militares de nivel medio. Por ejemplo, India abandonó los planes de adquirir nuevos MiG-29 a favor del Rafale, con la intención de contrarrestar a China y Pakistán.
Aunque el Rafale es impresionante, tanto China como Rusia tienen excelentes productos competitivos. Entonces, ¿qué llevó a Serbia a cambiar su postura? Parece que hay dos razones principales. En primer lugar, factores diplomáticos: los medios franceses preguntaron al presidente serbio Vučić si la compra de Rafale indicaba que Serbia se alineaba más con la UE y se distanciaba de Rusia. Vučić respondió que estaba «orgulloso» de la equilibrada política exterior de Serbia.
Hace años, Vučić se lamentó de que tenía que tomar decisiones “a regañadientes” debido a la presión occidental. Esto es comprensible, ya que Serbia, una pequeña nación dentro de Europa, ha sido objeto de acoso y tiene poca influencia o voz. Para sobrevivir, debe “hacerse de muchos amigos”. La compra de Rafale es un paso hacia una alineación más estrecha con la UE. Al igual que India, Serbia está buscando una diplomacia equilibrada, cuyo resultado práctico es un acercamiento a Occidente y un alejamiento de Rusia. Esto diversifica las fuentes de armas de Serbia y mejora su seguridad estratégica y su autonomía diplomática.
Por otra parte, si bien tanto China como Rusia pueden exportar aviones de combate, como el J-10C y el Su-35, Rusia está sumida actualmente en la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que ha dejado su capacidad de producción de aviones muy limitada. ¿Quién sabe cuándo podrían cumplirse los pedidos? Además, la compra de aviones de fabricación rusa en medio del conflicto en curso indica una postura prorrusa, lo que probablemente daría como resultado que Serbia quedara aislada de las naciones europeas.
En cuanto a la razón objetiva para no optar por los aviones chinos, podría ser que el J-10C ha tenido un mal desempeño en el mercado internacional de armas. Recientemente, se rumoreó que Tailandia también abandonó los planes de comprar el J-10C en favor del Gripen. En cambio, el Rafale ha tenido una gran demanda en los últimos años, por lo que es natural que los clientes sigan la tendencia. Además, penetrar en el mercado europeo es difícil; intentar competir con Estados Unidos, Europa y Rusia será una larga batalla. Es probable que Serbia siga centrándose en los drones chinos en lugar de los aviones de combate para futuras compras.