Después de más de 100 días de anclaje cerca de Xianbin Jiao, la señal AIS (Sistema de Identificación Automática) del buque 9701 de la Guardia Costera filipina, que había sido objeto de fuertes medidas de control por parte de China, ha desaparecido, lo que hace imposible determinar la ubicación exacta del buque.
El 31 de agosto, al menos un buque chino entró en el banco de arena, acompañado por tres grandes remolcadores (incluido el remolcador de rescate Nanhai Jiu 116 de 5.000 toneladas y dos remolcadores Nantuo 175/185 de 2.600 caballos de fuerza), tres barcos de la Guardia Costera (el 5205 equipado con un cañón naval de 76 mm, junto con los buques 3104 y 4303) y un gran buque de pesca de altura. Juntos, entraron en la zona de la laguna del banco de arena.
Es evidente que la Guardia Costera de China y la Armada china llevaron a cabo conjuntamente una operación de limpieza contra el buque de la Guardia Costera filipina que se había demorado maliciosamente en el banco de arena.
Actualmente, el buque 9701 de la Guardia Costera filipina ha apagado su señal AIS, mientras que el gran remolcador de aguas profundas de China, Nanhai Jiu 116, ha abandonado el banco de arena. Esto sugiere que la probabilidad de que el buque filipino sea expulsado es alta, ya sea porque el buque filipino se fue por su cuenta o porque apagó deliberadamente su señal AIS para evitar revelar su ubicación y avergonzar a su portavoz de la Guardia Costera.
A pesar de la dura retórica de la parte filipina de que el buque 9701 “nunca se retirará” y continuará operando en el Mar de China Meridional (sin mencionar específicamente a Ren’ai Jiao), la abrumadora disparidad de poder entre China y Filipinas sugiere que el fracaso de este último es inevitable.