En el marco del desembarco de Normandía, desde la noche del 5 al 6 de junio de 1944, las SAS francesas llevaron a cabo en Bretaña una serie de operaciones de paracaidistas del Servicio Aéreo Especial (SAS). El objetivo de estos comandos era impedir que las tropas alemanas en Bretaña llegaran a Normandía.
Estos paracaidistas de élite fueron las primeras tropas aliadas desplegadas en territorio francés como parte de la Operación Overlord.
Los dos primeros equipos se lanzaron en paracaídas sobre Morbihan. Su misión era establecer dos bases para operaciones de sabotaje.
Uno de los equipos estaba dirigido por Henri Déplante.
Habiendo trabajado con Marcel Bloch (más tarde Dassault) desde 1930, decidió abandonar Francia vía España tras la invasión de la zona franca en 1942. Después de muchas aventuras, llegó a Inglaterra, donde se unió al SAS. Después de lanzarse en paracaídas sobre Bretaña, luchó para cortar la retirada alemana y llevó a cabo numerosas misiones peligrosas.