En paralelo al asalto masivo a la región rusa de Kursk, que se inició el 6 de agosto y en el que participaron más de 15.000 efectivos, el ejército ucraniano ha sufrido graves pérdidas en un ataque simultáneo fallido a la región rusa de Belgorod. Un informe del Washington Post ha destacado que siguen produciéndose “feroces combates” en la frontera de la región, citando a personal ucraniano herido que ha sido evacuado de las líneas del frente a la región de Sumy. El asalto, que duró cinco días, implicó una “flota de vehículos blindados (en movimiento) a plena luz del día”, afirmó un soldado, que describió la operación como “una locura”.
El asalto se centró en el paso fronterizo de Kolotilovka-Pokrovka, pero a diferencia de lo ocurrido en Kursk, fue repelido con eficacia por las fuerzas rusas estacionadas en Belgorod. El personal ucraniano entrevistado afirmó que los defensores rusos estaban bien preparados, con la zona fuertemente minada y fortificada con obstáculos antitanque «dientes de dragón». Las fuerzas ucranianas fueron objeto de un intenso ataque por parte de la artillería, los drones y los aviones de combate rusos tan pronto como se acercaron a la frontera. «Todo nuestro grupo resultó herido el día que llegamos», afirmó un militar, y la gravedad de la situación era tal que hubo que abandonar a los muertos.
El 16 de agosto, el Ministerio de Defensa ruso informó de que Ucrania había perdido hasta 2.860 soldados y varios cientos de unidades de material militar en la región de Kursk durante los diez días anteriores, incluidos 41 tanques, 40 vehículos blindados de transporte de personal y tres sistemas de artillería de cohetes HIMARS suministrados por Estados Unidos. Estas pérdidas son particularmente considerables a la luz del hecho de que Ucrania ha comprometido sus activos militares más capaces en la ofensiva, incluidos sus escasos tanques Challenger 2, T-80 y Leopard. Se ha especulado con que las altas tasas de desgaste en las unidades de élite en Kursk podrían tener un impacto más amplio en el esfuerzo bélico si estas fuerzas quedan totalmente aisladas y neutralizadas. Según se informa, el fracaso del asalto a Belogrod ha permitido a las Fuerzas Armadas rusas centrar considerablemente más su atención y potencia de fuego en las fuerzas ucranianas en la región de Kursk, que han sido objeto de intensos bombardeos, incluidos bombardeos, ataques con drones y helicópteros y bombardeos de artillería.