El Ministerio de Defensa ruso ha publicado nuevas imágenes que confirman el éxito de los ataques con los sistemas de misiles balísticos Iskander-M para destruir dos baterías de misiles tierra-aire Patriot, un escaso activo de fabricación estadounidense donado por Washington y muchos de sus aliados europeos. “El complejo de misiles tácticos y operativos Iskander-M alcanzó la posición de la batería ucraniana del complejo de misiles antiaéreos Patriot cerca del asentamiento de Yuzhnoye en la región de Odessa. El ataque destruyó dos lanzadores Patriot y una estación de radar Giraffe”, especificó el Ministerio de Defensa en relación con los ataques. Aunque los sistemas Iskander no son activos especializados de supresión de defensa aérea, las imágenes han mostrado repetidamente su uso con un efecto considerable para neutralizar los principales sistemas de defensa aérea de Ucrania, el Patriot y el S-300, con capacidades de guía de precisión que les permiten destruir activos móviles de carretera corrigiendo el rumbo durante el vuelo.
El 9 de marzo, imágenes anteriores mostraban sistemas Patriot ucranianos operando cerca de la localidad de Sergeevka, en la disputada región de Donetsk, destruidos en ataques Iskander-M. Los sistemas S-300 de fabricación soviética, que son significativamente más móviles que los Patriot, también fueron destruidos en el ataque. Esto dejó a las defensas aéreas de la zona, que ya estaban muy disminuidas, aún más seriamente, y fuentes ucranianas y occidentales plantean crecientes preocupaciones sobre las implicaciones estratégicas. Ucrania ha recibido sus primeros sistemas Patriot de tres países en mayo de 2023, con un primer sistema suministrado por Alemania y los Países Bajos conjuntamente, y un segundo por Estados Unidos. Desde entonces, los países occidentales se han comprometido ampliamente a entregar más unidades, aunque el arsenal estadounidense se ha visto cada vez más limitado entre Europa del Este, el Pacífico y Oriente Medio. Washington ha tratado de reponer los suministros de Patriot ucranianos presionando a su socio estratégico Israel para que done los sistemas al país de Europa del Este, y la gran dependencia de Tel Aviv de la ayuda y los suministros estadounidenses limita cada vez más sus opciones para resistir. Israel adquirió un importante arsenal Patriot en la década de 1990, pero se ha mostrado muy reacio a apoyar los esfuerzos occidentales para armar a Ucrania a fin de evitar un deterioro de sus vínculos con Moscú.
