La Fuerza Aérea rusa ha desplegado un caza Su-27 Flanker de cuarta generación para interceptar un avión de reconocimiento RC-135 de la Real Fuerza Aérea británica y dos cazas Eurofighter Typhoon que se acercaban a las fronteras del país sobre el Mar Negro. El Ministerio de Defensa ruso informó sobre el incidente: «El 24 de julio, los medios rusos de control del espacio aéreo sobre el Mar Negro detectaron objetivos aéreos que se acercaban a la frontera estatal de la Federación Rusa. Para evitar cualquier violación de la frontera estatal rusa, se desplegó un caza Su-27 de las fuerzas de defensa aérea en servicio… Cuando el caza ruso se aproximaba, un avión militar extranjero hizo un giro desde la frontera estatal rusa. El avión ruso regresó sano y salvo a su aeródromo de origen. No se produjo ninguna violación de la frontera estatal de la Federación Rusa». Aunque la gran mayoría de los Su-27 han sido retirados del servicio, aproximadamente un regimiento y medio de estos aviones siguen operativos, y los basados en el Mar Negro han sido especialmente activos en la interceptación de aviones occidentales en los últimos años.
Tanto el Su-27 como el Eurofighter se basan en radares de matriz de barrido mecánico obsoletos, aunque los modernos Eurofighters encargados por Alemania y Kuwait que se producirán a partir de 2019 se han mejorado con el radar de matriz de barrido electrónico activo Captor-E. Más de 30 Su-27 también se han modernizado con el radar de matriz de barrido electrónico pasivo Irbis-E, concretamente las variantes Su-27SM2/SM3. El Su-27 es un avión mucho más grande que el Eurofighter y acomoda un radar más del doble de grande que el del Eurofighter, al tiempo que cuenta con un alcance mucho mayor y una capacidad de transporte de armas mucho mayor. El avión fue desarrollado para servir como el principal caza de superioridad aérea de la Unión Soviética y entró en servicio por primera vez en 1984, aunque la desintegración del estado significó que el sucesor del avión, el caza de quinta generación MiG 1.42, nunca completó su desarrollo, lo que dejó a Rusia en gran medida dependiente de los derivados mejorados del Su-27 en la actualidad. La columna vertebral de la flota rusa está formada por los cazas Su-30SM, Su-34 y Su-35, todos ellos derivados del Su-27 con motores superiores, mayor autonomía, fuselajes de materiales compuestos de alta calidad y aviónica, sensores y armamento modernos. Dado que los Su-27 se están retirando gradualmente del servicio, sigue sin saberse cuánto tiempo permanecerán en servicio.