Los cazas de quinta generación F-35 del Escuadrón 313 de la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos han asumido plenamente el papel de ataque nuclear del país a partir del 1 de junio, reemplazando a los cazas de cuarta generación F-16 adquiridos durante la década de 1980 con base en la Base Aérea de Volkel. Esto ha convertido al país en el primero en Europa, y posiblemente el primero fuera de Estados Unidos, en desplegar una unidad de caza furtiva capaz de lanzar ataques nucleares. De hecho, sólo se confirmó que los F-35 de la Fuerza Aérea de EE. UU. habían obtenido capacidad de ataque nuclear el 9 de marzo. Respecto a esta nueva capacidad, la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos comentó: “La transición holandesa del F-16 al F-35 porque el papel nuclear dentro de la OTAN se inició hace muchos años. En los últimos años, el F-35 se sometió a un exhaustivo proceso de prueba y certificación para el papel nuclear de los Países Bajos. La RNLAF ya comenzó a utilizar el F-35 para tareas convencionales… La disuasión nuclear de la OTAN es esencial para la seguridad de la Alianza y, por tanto, también para la seguridad de los Países Bajos”.
Aunque los Países Bajos no son un Estado con armas nucleares, Estados Unidos mantiene un acuerdo de intercambio nuclear con Bélgica, Alemania e Italia, miembros de la OTAN, que permite a sus fuerzas utilizar ojivas nucleares estadounidenses estacionadas en el país en caso de conflicto. Este acuerdo ha seguido siendo controvertido debido a la creación de facto de nuevos estados con armas nucleares, y los analistas occidentales han destacado ampliamente que viola Artículos I y II del Tratado sobre No Proliferación de Armas Nucleares. Las capacidades de ataque nuclear de los F-35 armados con ojivas B61 han sido una de las principales preocupaciones para Rusia en particular, y los informes de los medios de comunicación estadounidenses en noviembre destacaron que un solo F-35 con armas nucleares podría matar a más de 310.000 habitantes en Moscú o 360.000 en San Petersburgo con un solo ataque. Sin embargo, el F-35 en sí sigue plagado de alrededor de800 errores de rendimientoy consideradolejos de estar listopara combates de alta intensidad, ya que el Pentágono se negó a aceptar nuevos cazas desde mediados de 2023 y realizó recortes significativos en pedidos futuros. Se espera que esto limite las capacidades del caza en misiones de ataque nuclear más complejas en el futuro previsible.