El 27 de julio se confirmó que la Fuerza Aérea de Estados Unidos había desplegado un bombardero estratégico con capacidad nuclear B-52H dos días antes para un vuelo de 32 horas por Oriente Medio, en respuesta a los ataques de paramilitares locales contra las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria el 25 y 26 de julio. El avión tenía base en Rumania y sobrevoló el mar Mediterráneo, Jordania, Arabia Saudita y Qatar, antes de llegar al Golfo Pérsico y regresar. La misión del B-52 demostró «amplias opciones… para desplegar fuerzas listas para el combate para proteger y defender la región de la agresión adversaria», afirmó la Central de las Fuerzas Aéreas (AFCENT) en un comunicado de prensa del 27 de julio. La operación también coincidió estrechamente con el aumento de las tensiones entre Israel y el grupo paramilitar libanés Hezbolá, que han estado intercambiando disparos desde octubre de 2023. El sobrevuelo sobre Arabia Saudita también se interpretó como una demostración de fuerza ante la Coalición Ansurullah yemení.
Durante su vuelo, el bombardero B-52 voló junto a los aviones de ataque A-10 con base local y, en particular, también con los cazas F-15QA de la Fuerza Aérea de Qatar. En cuanto a la importancia de la participación de los cazas qataríes en esta demostración de fuerza, un funcionario estadounidense que habló con Air Force Magazine explicó: “Estas misiones amplifican la capacidad de Estados Unidos para integrarse con las fuerzas de la coalición y los socios regionales, al tiempo que demuestran la capacidad de la flota de bombarderos estratégicos para operar en cualquier lugar con impactos decisivos”. Qatar ha sido un socio líder para Estados Unidos y el mundo occidental en general en la región, y la Fuerza Aérea estadounidense ha trasladado importantes activos al país desde los Emiratos Árabes Unidos tras un deterioro de las relaciones con Abu Dhabi. Qatar desempeñó un papel central en el apoyo a los esfuerzos occidentales para crear y fortalecer insurgencias en Siria y Libia a principios de la década de 2010, y sus fuerzas especiales desempeñaron un papel central sobre el terreno para facilitar la operación de la OTAN en 2011 para derrocar por la fuerza al gobierno libio. En un principio, se había previsto que un segundo B-52 participara en la demostración de fuerza, pero las transmisiones por radio confirmaron que “el segundo avión tuvo un problema mecánico y no despegó”. La embajada de Estados Unidos en Doha había declarado inicialmente que dos B-52 sobrevolarían Qatar.