El 14 de agosto, la Fuerza Aérea francesa perdió dos aviones de combate Rafale y dos pilotos de caza, después de que el avión se estrellara en el aire sobre el noreste de Francia. El avión estaba estacionado en la base aérea de Saint-Dizier-Robinson. Ninguno de los pilotos del caza biplaza destruido en el accidente sobrevivió, mientras que el piloto del monoplaza resultó herido, pero sobrevivió tras eyectarse sin problemas. Después de que una operación de búsqueda y rescate descubriera numerosos escombros, el presidente Emmanuel Macron confirmó que los dos pilotos desaparecidos estaban muertos. “Nos enteramos con tristeza de la muerte del capitán Sébastien Mabire y del teniente Matthis Laurens en un accidente aéreo durante una misión de entrenamiento del Rafale”, declaró. La causa de la colisión entre los dos cazas no se ha hecho pública. Inicialmente se informó erróneamente que los cazas eran Mirage 2000.
El Rafale es una de las dos clases de cazas que opera la Fuerza Aérea francesa, junto con el antiguo Mirage 2000 de la era de la Guerra Fría. Ambos son cazas ligeros de cuarta generación. Francia es, en particular, la única gran potencia militar europea que no ha realizado pedidos de cazas de quinta generación, en concreto los F-35 estadounidenses, que han conquistado el continente y han ganado sucesivamente todas las licitaciones en las que han competido. Como resultado, el antiguo Rafale francés se ha comercializado agresivamente en países a los que, por razones políticas, no se les ha permitido adquirir F-35, como los Emiratos Árabes Unidos y Qatar. El Rafale también ha sufrido tres pérdidas significativas a manos del Su-30 ruso, después de que París intentara comercializar los cazas en Argelia, Kazajstán y Etiopía, que seleccionaron el avión ruso, mucho más grande y de mayor alcance. El caza francés tampoco ha conseguido los pedidos de seguimiento esperados de la Fuerza Aérea india, que en su lugar ha seguido adquiriendo Su-30.