El Ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen, ha confirmado que la Fuerza Aérea de Ucrania podrá utilizar aviones de combate F-16 donados por su país para atacar objetivos en todo el territorio ruso reconocido internacionalmente. De los 40 F-16 prometidos por los miembros de la OTAN, Copenhague recibirá 19, y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, confirmó que el primer lote llegará en junio. En cuanto a cómo tales ataques cumplirían con el derecho internacional, Rasmussen afirmó: “Estamos hablando de la posibilidad de debilitar al agresor destruyendo instalaciones militares en territorio ruso… Está completamente dentro de las reglas de la guerra que un país que es atacado se defienda. También incluye el derecho a atacar instalaciones militares en el propio territorio del atacante”. “Esto no es una carta blanca para que Ucrania utilice F-16 para lanzar ataques indiscriminados contra Rusia. Tampoco le conviene a Ucrania emprender el tipo de guerra que se libra desde el lado ruso, donde se atacan edificios residenciales. No es de eso de lo que estamos hablando”, añadió.
Tras la declaración danesa, la ministra de Defensa holandesa, Kajsa Ollongren, confirmó el 3 de junio que a Ucrania también se le permitiría utilizar los F-16 entregados como ayuda para ataques contra Rusia. «Estamos aplicando el mismo principio que hemos aplicado a cualquier otra entrega de capacidades, que es: una vez que se las entreguemos a Ucrania, podrán usarlas», explicó, contrastando la política con la restricción de Bélgica de usar el avión sólo para ataques en territorio que no era reconocido internacionalmente como ruso. El F-16 es un caza ligero de corto alcance que voló por primera vez hace más de 50 años, en 1974, y no es muy adecuado para ataques de penetración profunda, lo que está fuera del alcance de las misiones para las que fue diseñado. Sin embargo, se espera que los cazas sean modificados para integrar una serie de clases de misiles de largo alcance antes de su entrega a Ucrania, de forma muy parecida a como lo han sido los cazas Su-24 y Su-27 construidos por los soviéticos en el país. Misiles como el SCALP y el Storm Shadow tienen alcances significativos que podrían facilitar ataques muy detrás de las líneas rusas, aunque el F-16 se limitará a llevar menos de estos misiles que los actuales aviones de combate mucho más grandes de Ucrania.