El 29 de junio, las autoridades militares bielorrusas confirmaron que el país había desplegado sistemas de defensa aérea adicionales cerca de la frontera con Ucrania. El hecho se produce en medio de crecientes tensiones entre los dos vecinos y tras una incursión de drones ucranianos en el interior del territorio bielorruso. «El sistema de puestos de observación visual se ha ampliado con el único fin de proporcionar información a las unidades de tiro de las fuerzas de misiles antiaéreos y de defensa aérea de los comandos operativos en servicio de combate. Con este fin, se han desplegado además fuerzas y medios de defensa aérea en zonas designadas para cubrir las fronteras meridionales y las instalaciones críticas de la República de Belarús», se informó en ese momento. Los funcionarios añadieron que esto estuvo precedido por una importante ampliación de las defensas aéreas ucranianas cerca de la frontera bielorrusa, subrayando que esto se hizo a pesar de que las defensas aéreas ucranianas se extendían escasamente por todo el país.
La columna vertebral de las defensas aéreas terrestres de Bielorrusia está formada por sistemas de misiles tierra-aire S-400, cuyas últimas entregas se realizaron el 28 de mayo de 2023. Estos sistemas se han utilizado en ejercicios conjuntos con las fuerzas rusas. El S-400 se está produciendo actualmente en Rusia a una escala suficiente para abastecer a varios regimientos por año, lo que permite exportarlo a Bielorrusia y, al mismo tiempo, reponer las pérdidas rusas en tiempos de guerra. Cada regimiento S-400 está compuesto por dos batallones, mientras que cada batallón consta de ocho vehículos de lanzamiento. Bielorrusia también despliega sistemas S-300PS de fabricación soviética equivalentes a siete batallones. Al igual que Rusia, el país ha dependido cada vez más de los sistemas de defensa aérea terrestres para compensar el declive extremo de sus flotas de cazas e interceptores desde el final de la Guerra Fría, ya que ambos países no solo carecen de homólogos de los últimos cazas de quinta generación estadounidenses y chinos, sino que también están cada vez más superados en número por las flotas de sus adversarios.
La flota de cazas de la Fuerza Aérea de Bielorrusia está formada actualmente por cazas de peso medio MiG-29, que están siendo reemplazados gradualmente por los cazas Su-30SM. Como estado fronterizo entre Rusia y los miembros de la OTAN, el espacio aéreo de Bielorrusia se ha beneficiado además de la protección rusa en forma de cazas Su-35 y Su-30SM desplegados en los aeródromos del país, así como de despliegues de sistemas terrestres como los S-400 rusos que complementan los operados por las fuerzas locales.